En 1981, unos cientificos norteamericanos mencionaron el primer caso de la enfermedad que se conoceria en el mundo como el Sindrome de Inmunodeficiencia Adquirida, SIDA se trataba de un virus desconocido, que atacaba particularmente al ser humano destruyendo su sistema inmunologico, dejandolo sin defensas naturales e inhibiendo la capacidad del organismo para combatir cualquier tipo de infeccion o cancer, se volvia una enfermedad mortal.
Desde su descubrimiento y durante las decadas de los ochenta y noventa, el SIDA produjo efectos devastadores en los enfermos que la padecieron. Actualmente, aunque todavia no se cuenta con una cura definitiva, existen medicamentos que le permiten a las personas infectadas por el SIDA llevar una vida relativamente normal. Los primeros casos descritos publicamente correspondieron a personas homosexuales y la causa que en ese momento aun no se establecia cientificamente, se atribuia a la practica de relaciones sexuales desordenadas y al uso de drogas de consumo intravenoso. Sin embargo, la rapida propagacion del virus demostro muy pronto que no era privativo de esta poblacion, pues para 1985 ya se habian detectado casos en todos los contienentes. Las pruebas de analisis sanguineo y el surgimiento de instituciones dedicadas a su estudio y prevencion lograron contener la pandemia en 1987, cuando se autorizo la aplicacion del primer farmaco.
No obstante, el primer tratamiento con resultados efectivos llego hasta 1996, cuando se puso a disposicion de los enfermos la terapia triple antiretroviral, que impedia la replicacion del virus en el organismo. Una version mas potente se sigue aplicando hoy en dia y se conoce como Terapia Antiretroviral de Alta Actividad T.A.A.A. Este medicamente ha resultado muy efectivo durante los ultimos años, pues mejora considerablemente la calidad y el tiempo de vida de los pacientes.
Sin embargo, aun cuando los avances medicos permiten conocer con certeza cuales son las formas de transmision de esta enfermedad, el SIDA sigue siendo una de las causas mas importantes de muerte en el mundo, sobre todo en personas que oscilan enter los veinticinco y los cuarenta y cuatro años de edad. Mientras la humanidad no cuente con la cura definitiva para la que ha sido considerada la pandemia del siglo XX, las campañas de prevencion en todos los paises, el desarrollo de mejores farmacos y la distribucion a enfermos de escasos recursos son la mejor alternativa.
La historia del SIDA es muy desafortunada: es una enfermedad cuya propagacion vino impregnada de numerosos prejuicios y de un tabu sexual y moral que aun hoy la acompaña. El hecho de ser diagnosticado como seropositivos significo, y todavia en algunos lugares significa recibir una sentencia de muerte y ademas, verse sometido a una segregacion social basada, generalmente, en el miedo y en prejuicios erroneos sobre el origen y la naturaleza de la enfermedad. Gracias a los tratamientos mas recientes, hoy en dia puede incluso decirse que es mas terrible el estigma social que la enfermedad en si.
La etapa inmediatamente posterior a su descubrimiento fue de angustia y miedo, pues se proyectaba que su alcance y fuerza abarcarian en pocos años a la mayor parte de la poblacion mundial. Y aunque ya existia en Africa, los primeros casos diagnosticados como SIDA en occidente fueron en hombres norteamericanos homosexuales, sexualmente activos. Junto a la paranoia generalizada con respecto a su propagacion, el tabu moral que existia en los años 80 hacia la comunidad homosexual recayo sobre esta enfermedad bajo la forma del señalamiento, la condena y el rechazo. La creencia de que el origen del virus reposaba sobre las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo impidio que se atacara con la inmediatez que el asunto requeria.
Los casos del virus que brotaron exponencialmente en otros lugares del mundo, sin vinculo alguno con relaciones entre personas del mismo sexo, no eran diagnosticadas como SIDA, y por lo tanto, no eran atendidos como tal. Las personas morian por negligencia o por miedo a ser señalados.
Los años de investigacion cientifica y de sensibilizacion social consiguieron que el SIDA entrara en una segunda etapa, en la que se pretende acabar con el estigma sin fundamento que pesa aun sobre las personas infectadas, puesto que la respuesto ideal no es el rechazo, sino la prevencion y el respeto. Queda claro, pues, que para contener esta enfermedad como sociedad no debemos bajar la guardia y en cambio promover una malla de solidaridad y acceso a medicamentos que impida que cobre mas vidas.
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